Usar la estructura nombre-verbo-complemento: Lo que mata el interés de un escrito es no llegar nunca a la idea central. Por tanto, las oraciones subordinadas son el peor enemigo. Trata, pues, de ejercitar tu escritura utilizando oraciones simples.
– Ortografía: Visualizar las palabras que se presentan. Descubrir semejanzas. Añadir grupalmente, palabras semejantes a las presentadas considerando su correcta escritura, por ejemplo las esdrújulas: pésimo, mínimo, máximo, fantástico, fanático, etc.